
Desde la comunidad de Mujerón by Masiva celebramos con orgullo la participación de Marie Medlen Antelo, empresaria y suscrita activa a nuestra membresía, quien formó parte de la delegación boliviana en la reciente Cumbre Empresarial Andina 2025, realizada en Bogotá, Colombia. Esta importante cita internacional, respaldada por CAINCO, reunió a referentes del mundo empresarial de toda la región andina.
Marie destacó no solo por su preparación y compromiso, sino también por su energía femenina, autenticidad y presencia poderosa que lleva el sello Mujerón. En esta entrevista, nos comparte su experiencia, desafíos y emociones vividas en un evento que marcó un antes y un después en su camino.

¿Cómo te preparaste personal y profesionalmente para representar a Bolivia en un evento de esta magnitud?
Me preparé con la experiencia de más de 10 años trabajando en una empresa de comercio exterior, donde aprendí a moverme con seguridad en entornos empresariales y negociaciones internacionales. Además, me apoyé en el conocimiento empírico que he adquirido al estar tan cerca de la vida institucional y de las dinámicas del comercio en nuestra región. Esta preparación no fue solo técnica: fue también emocional y espiritual, porque sabía que representaba a mi país y a muchas mujeres que como yo, están listas para dar pasos grandes.
¿Cuál fue tu primera impresión al llegar a Bogotá como parte de la delegación boliviana?
Mi primera impresión fue el cálido recibimiento que nos brindaron como compradores. Sentí que nuestro rol era valorado, que íbamos a contribuir al fortalecimiento de la exportación e importación en Bolivia. Era emocionante ver cómo se abrían las puertas para que nuestras empresas puedan conectar y crecer, y cómo nuestra presencia tenía un propósito claro.
Durante una rueda de negocios viviste un momento especial: una mujer dedicada a la joyería te dijo “Eres de Mujerón”. ¿Podés contarnos cómo fue ese encuentro y qué despertó en vos ese reconocimiento inesperado?
Fue un momento profundamente emotivo. Era una reunión que, honestamente, no tenía previsto aceptar porque no era de mi rubro. Pero cuando esta empresaria —una mujer con más de 29 años en el mundo de la joyería con perlas colombianas— me menciona a Mujerón, supe que ese encuentro tenía otro sentido. Sentí que el universo me estaba hablando, que era un recordatorio de que Mujerón no tiene fronteras. Fue como una pausa sagrada dentro de un día lleno de negocios: un respiro, un mensaje, una señal de que estoy donde quiero estar.
¿Qué tipo de oportunidades encontraste o abriste durante esta cumbre? ¿Hubo alguna conexión que te haya marcado especialmente?
Más allá de los lazos comerciales y de negocios con la Comunidad Andina, viví encuentros que me marcaron a nivel humano. Conocí diferentes rubros empresariales, aprendí de otras experiencias, y también compartí lo que yo sabía. Una de las cosas que más me sorprendió fue que de las 18 reuniones que tuve, 11 fueron con mujeres empresarias. Eso me dio claridad sobre el impacto y el rol fundamental que tenemos las mujeres en el ecosistema empresarial.
¿Cuáles son los principales desafíos que observas hoy en las cámaras empresariales frente al apoyo real a los negocios liderados por mujeres?
Uno de los principales desafíos es dejar de vernos como un “complemento” y comenzar a reconocernos como eje fundamental en los negocios. Aunque se ha avanzado, todavía hay estructuras que no nos ven con la misma legitimidad o que subestiman el valor que aportamos. Las cámaras deben abrir más espacios de decisión y acción a mujeres, no solo como una política de inclusión, sino como una necesidad estratégica.
¿Qué oportunidades ves hacia adelante para nosotras, las mujeres emprendedoras, en este tipo de espacios internacionales?
Veo oportunidades enormes, sobre todo para aquellas de nosotras que estamos dispuestas a abrir camino para las que vienen. Hay muchas puertas que se están abriendo, pero también nosotras estamos construyendo otras nuevas con nuestra creatividad, empatía y compromiso. Espacios como estas cumbres son fundamentales para tender redes que nos permitan crecer juntas y transformar el entorno empresarial.
¿Qué significa para vos ser parte de la comunidad de Mujerón? ¿Cómo te acompaña en tus búsquedas personales y en la conexión con tu esencia femenina?

Mujerón es mi tribu. Es ese círculo donde no hay juicio, donde se celebran tanto los éxitos como los fracasos. Me recuerda constantemente que no estoy sola, que tengo hermanas que caminan conmigo.
Ser parte de Mujerón me ha permitido reconectarme con mi esencia femenina, abrazar mi vulnerabilidad y encontrar fuerza en ella. En un mundo empresarial muchas veces dominado por lo masculino, nuestra energía femenina es el balance que necesitamos. Ser parte de esta comunidad ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Es un regalo de Dios y del universo.
Gracias, Marie, por llevar tu luz, tu voz y tu fuerza con tanta integridad. Que tu paso por la Cumbre Empresarial Andina sea solo una de muchas experiencias donde sigas abriendo camino para otras mujeres que, como vos, están despertando a su versión más poderosa: su Mujerón.